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Simeón y Ana

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Lucas 2:27-33

27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, 28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:
29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
Conforme a tu palabra;
30 Porque han visto mis ojos tu salvación,
31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
32 Luz para revelación a los gentiles,
Y gloria de tu pueblo Israel.
33 Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. 

Texto completo de la biblia

Lucas 2:25-38
25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. 27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, 28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:

29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,

Conforme a tu palabra;

30 Porque han visto mis ojos tu salvación,

31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;

32 Luz para revelación a los gentiles,

Y gloria de tu pueblo Israel.

33 Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. 34 Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, este está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha 35 (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.

36 Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, 37 y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. 38 Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.

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Cuando el recién nacido Jesús tiene 40 días, es presentado a su Padre Celestial. Esto tiene lugar en el templo de Jerusalén.
También está Simeón. El Espíritu Santo le prometió que vería a Jesús antes de morir. Simeón es conducido al templo por el Espíritu. Allí reconoce por revelación divina en el niño recién nacido al Mesías tan esperado.
Toma al Niño en sus brazos y alaba a Dios.
Lucas 2, versículo 28.

En este gesto vemos a Simeón simbolizando lo que todo cristiano ha hecho: abrazar a Jesucristo por la fe, para entrar en relación con Él y ser salvo para siempre.
El siguiente himno de Simeón muestra que la venida de Jesús a la tierra significa la salvación para todas las naciones.

La profetisa Ana, de 84 años, también está presente y comparte la alegría de encontrarse también en persona con el Redentor tan esperado.

Profecías cumplidas del Antiguo Testamento:
Según Levítico 12, versículo 6, el recién nacido Jesús debía ser presentado a Dios Padre:
‘cuando pasaron los días de su purificación’.
Jesús se sometió así a la ley judía.

Este evento también fue profetizado en Jeremías 30, versículo 21:
‘De ella saldrá su príncipe, y de en medio de ella saldrá su señoreador; y le haré llegar cerca, y él se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que se atreve a acercarse a mí? dice el Señor’.

Gálatas 4, versículos 4 y 5 aclara el curso de los acontecimientos:
‘Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos’.

Isaías 49, versículo 6:
‘Él dijo: Es muy poco que seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para traer de vuelta a los que se salvaron de Israel. También te he dado por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta los confines de la tierra’.

Isaías 60, versículos 1 al 3:
‘Levántate, sé iluminado, porque tu luz está llegando y la gloria del Señor amanezca sobre ti.
Porque he aquí, las tinieblas cubrirán la tierra y nublará las naciones, pero sobre ti amanecerá el SEÑOR y su gloria será vista sobre ti.
Y las naciones irán a tu luz y reyes al resplandor de tu aurora’.

Jesús dijo de sí mismo:
‘Soy la luz del mundo’.
Juan 8, versículo 12.

Salmo 9, versículos 2 y 3:
‘Jehová ha dado a conocer Su salvación y Su justicia manifestada a la vista de los gentiles.
Se ha acordado de Su misericordia y fidelidad por la casa de Israel;
todos los confines de la tierra lo han visto, la salvación de nuestro Dios’.

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