Evangelio
La palabra griega euangelion originalmente significaba: mensaje de victoria desde el campo de batalla, proclamación gozosa (es: proclamación pública) de un mensaje imperial o real. Además, también podría significar: una recompensa por traer un mensaje bueno o feliz. El heraldo era el portador de tal mensaje al pueblo en nombre del rey o emperador
Reconciliación
El Nuevo Testamento, la segunda parte de la Biblia, comienza con los cuatro Evangelios. Esos 4 libros tratan de Jesús, el Mesías, el Salvador que dio Su vida para reconciliar con Dios a las personas que viven separadas de Él. Venció a satanás, el adversario de Dios, que fue quién tentó al hombre a pecar contra Dios. De hecho, ¡un mensaje que te hace feliz!
La serie de pinturas retrata una serie de momentos importantes de este Evangelio.
La clave
El Antiguo Testamento precede al Nuevo. Describe la historia de la humanidad y del pueblo de Israel, del que surgió Jesús como ser humano. Una clave importante para comprender las historias relatadas con las pinturas es entender que, el Antiguo Testamento también gira en torno y apunta hacia el Redentor, Jesús.
La serie de pinturas tiene como objetivo representar visualmente este tema.
Imágenes de sombras
La venida del Mesías está expresamente prometida, profetizada en el Antiguo Testamento.
Además, un paralelo con la vida de Jesús se hace visible en las vidas de las personas que se parecen mucho a la vida de Jesús, también se denominan tipos de Jesús.
Por lo tanto, en el Antiguo Testamento ya se trata del Mesías, y las 'buenas nuevas' ya suenan para el buen oyente.
Comparar escritura con escritura
El punto de partida de esta interpretación es el principio de que la Biblia se explica a si misma. Al hacerlo, la Escritura debe compararse con la Escritura. El Antiguo Testamento se lee a través de la lente del Nuevo Testamento. Por el contrario, la profecía del Antiguo Testamento exige su cumplimiento en el Nuevo Testamento.
¿Por qué este proyecto?
El equipo del proyecto detrás del sitio web Gospelimages tiene como objetivo presentar una serie de momentos clave del mensaje bíblico, presentados en una serie de pinturas.
La gran línea de la creación, la caída y el plan de redención de Dios se hace visible en ella. Con el objetivo de que muchas personas comprendan este mensaje y lo crean. Por lo tanto, el foco está en la persona del Salvador, Jesucristo. En el Antiguo Testamento hay profecías que son revelaciones que se refieren a Él pero, también hay “imágenes veladas” de Él : situaciones y personas en las que se pueden ver paralelismos con la vida de Jesús.
En el Nuevo Testamento se describe explícitamente Su vida en la tierra y Su obra de redención.
Algunas de las pinturas en este sitio web muestran momentos del Nuevo Testamento.
A continuación
Jan van 't Hoff: "La serie de pinturas aún no está completa. La intención es ampliarla en un futuro próximo. Por lo tanto, no pretendo reproducir completamente el mensaje bíblico. La serie no puede ser más que una personal, subjetiva y fragmentaria representación del mensaje bíblico. El diseño de situaciones y personas de la historia bíblica se originó en la imaginación del pintor. La representación es, por lo tanto, por definición, no históricamente correcta, aunque trata de usar los datos bíblicos, tanto como sea posible, para incluirlos en las pinturas. Sin embargo, una obra de arte puede contener la verdad. Pablo escribió a los gálatas que les había “pintado (presentado) a Jesucristo delante de sus ojos.” Gálatas 3, versículo 1. Algo de lo que Pablo quiso decir aquí es aspirado en estas pinturas”.
“El arte es verdadero si la representación gráfica que despierta a través de su ilusión,
corresponde a la realidad”, Dr. J. Douma, 'Acerca de las imágenes e iconoclastas', fe cristiana y aprecio por la pintura , 2001 Kampen, pág. 196)
Representando a Jesús
Jesús era Dios y hombre al mismo tiempo. Las naturalezas divina y humana estaban en
Él: "sin adulterar, sin cambiar, sin dividir y sin separar". (Calcedonia 451 d.C.). Aunque las dos naturalezas fueron inseparables, podemos y debemos distinguirlas, de lo contrario podríamos pensar, p.ej., que Dios murió en la cruz.
Una imagen de Jesús en mi cuadro no quiere pretender ser Él.
Jesús era visible para quienes lo rodeaban, y lo que vieron fue una figura humana normal.
En su encarnación no se pudo ver la naturaleza divina.
En las pinturas hago uso de ciertas características externas que se han utilizado a lo largo de la historia del arte para denotar a Jesús. Así puedo dejar en claro que me refiero a Jesús, incluso sin saber cómo era realmente su aspecto. Así que en realidad pinto un símbolo.
(Un símbolo o emblema es un signo en el que no existe una relación natural entre la representación del signo y el significado asociado a lo que se está expresando. Un símbolo es portador de significado; por un lado tiene una forma o representación, y por otro un significado.)
Evidentemente, no es la intención utilizar la imagen de Jesús para adorar.