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La serpiente de bronce

Números 21:8-9

Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre un asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.

Texto completo de la biblia

Números 21:4-9
4 Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino. 5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. 6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. 7 Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. 8 Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre un asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. 9 Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.

Más sobre este cuadro

La rebelión contra Dios y la incredulidad en Sus promesas hizo que los israelitas pasaran cuarenta años en el desierto.
En Números 21, se acerca el momento en que a la generación joven se le permitirá entrar en la tierra prometida.
Pero debido a un ataque de los cananeos y las dificultades en el desierto, en este momento se está haciendo demasiado para ellos. Se quejan contra Moisés y se vuelven contra el SEÑOR, despreciando el maná, el alimento que Dios les da en el desierto, y lamentando la falta de agua.
Números 21, versículo 5.
Entonces el SEÑOR envía serpientes venenosas entre el pueblo como castigo, y muchos son mordidos y mueren.
El pueblo se arrepiente y Moisés ora por el pueblo. En respuesta, el Señor da un medio para mantenerse con vida después de una mordedura de serpiente. Moisés hará una serpiente de bronce y la pondrá en un madero en un lugar alto, para que cualquiera que sea mordido pueda verla. Si una serpiente venenosa muerde a una persona y luego mira a la serpiente de cobre, vivirá.

Este evento es mencionado por Jesús en la conversación con Nicodemo en Juan 3, versículos 14 al 17:
‘Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él’.

El "ser exaltado" se refiere a la crucifixión de Jesús.
Véase Juan 8, versículo 28.

En Génesis 3, satanás, a quien en Apocalipsis 12, versículo 9 se le llama “la serpiente antigua”, tienta al hombre a pecar.
Desde entonces, todo descendiente de Adán nace pecador. Esa condición se puede comparar con el israelita que fue mordido por la serpiente venenosa. Así como el israelita solo podía sobrevivir mirando a la serpiente de bronce, la salvación y la vida eterna son posibles para nosotros solo creyendo en Jesucristo. Así como la serpiente de bronce era como una serpiente venenosa, así Jesús, el Hijo de Dios, se hizo como hombre, pero sin pecado.
2 Corintios 5, versículo 21.

En 1 Corintios 10, versículos 9 al 12, Pablo le recuerda a la gente de Corinto esta historia:
‘Y no tentemos a Cristo, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Y no os quejéis, como también algunos de ellos murmuraron y perecieron a manos del destructor. Ahora bien, todas estas cosas les han acontecido como ejemplos para nosotros, y están escritas para amonestación a nosotros, sobre quienes ha llegado el fin de los siglos. Por tanto, el que piensa que está firme, que se cuide de no caer’.

La razón de la advertencia de Pablo es que la gente de Corinto no aprecia la Cena del Señor.
El pan y el vino se refieren al cuerpo y la sangre de Cristo. Es alimento espiritual dado para el fortalecimiento de la fe en Él.

En Números 21, los israelitas desprecian el maná que Dios les había dado y se quejan de la falta de agua en el desierto. El maná y el agua de la roca eran comida espiritual y bebida espiritual. Señalaba a Cristo, el Pan del cielo, la Roca de la que brota el agua viva.
Juan 6, versículos 30 al 35.
1 Corintios 10, versículo 4.

Juan 3, versículo 36:
‘El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él’.

Juan 6, versículo 40:
‘Y esta es la voluntad del que me envió: que todo el que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día’.

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