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El becerro de oro
Éxodo 32:19
Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte.Texto completo de la biblia
Éxodo 24:5-8
5 Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová. 6 Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. 7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
5 Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová. 6 Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. 7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
Más sobre este cuadro
El pacto y el incumplimiento del pacto
La promesa a Abram y el pacto que Dios hizo con él en Génesis 15 son la base del pacto hecho con sus descendientes en Éxodo 19.
Dios aparta al pueblo de Israel como Su pueblo santo y sacerdotal.
Él ha liberado al pueblo de la casa de la esclavitud de Egipto y ahora indica cómo es la vida en la relación de pacto con Él.
Los Diez Mandamientos dan dirección a la vida de las personas que tienen a Dios como Rey. El pueblo está agradecido por la redención y está dispuesto a hacer lo que Dios le pide.
Se hace un pacto solemne en el monte Sinaí.
Éxodo 24.
Moisés construye un altar y se sacrifican toros. Moisés rocía la mitad de la sangre sobre el altar. El pueblo pronuncia:
‘Todo lo que Jehová ha dicho, haremos, y le obedeceremos’.
Entonces Moisés rocía 'sangre del pacto' sobre el pueblo. El pecado del pueblo ha sido expiado al sacrificar un animal en lugar del pueblo.
Esta ‘sangre del pacto’ prefigura la sangre de Jesús, quien dio Su vida en nuestro lugar.
Lucas 22, versículo 20.
Entonces Moisés debía subir al monte para recibir de Dios las dos piedras en las que había escrito los Diez Mandamientos. Moisés permanece en la montaña durante cuarenta días y cuarenta noches.
Debido a la larga estancia de Moisés en la montaña, los israelitas creen que algo le ha pasado. Desean tener ‘dioses que vayan delante de ellos’.
Aarón les hace un becerro de oro. Sin embargo, esto va en contra de la voluntad de Dios. Le habla a Moisés en la montaña y le dice que baje de la montaña porque el pueblo ha ‘actuado con maldad’.
Cuando Moisés desciende y ve la adoración del becerro de oro, se enoja y rompe las losas de piedra al pie de la montaña.
Este evento muestra que la gente es incapaz de guardar la ley.
En el Nuevo Testamento, Pablo escribe sobre la función de la ley en Gálatas 3, versículo 19: ‘¿Para qué, pues, es la ley? Le fue añadida (es decir, al pacto) a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien había sido prometida; y fue puesto por los ángeles en la mano del mediador’.
Y en Gálatas 3, versículo 24:
‘Así que la ley fue nuestro tutor de Cristo, para que fuésemos justificados por la fe.’
En los primeros ocho capítulos de la carta a los Romanos, Pablo trata extensamente la ley y el evangelio.
La promesa a Abram y el pacto que Dios hizo con él en Génesis 15 son la base del pacto hecho con sus descendientes en Éxodo 19.
Dios aparta al pueblo de Israel como Su pueblo santo y sacerdotal.
Él ha liberado al pueblo de la casa de la esclavitud de Egipto y ahora indica cómo es la vida en la relación de pacto con Él.
Los Diez Mandamientos dan dirección a la vida de las personas que tienen a Dios como Rey. El pueblo está agradecido por la redención y está dispuesto a hacer lo que Dios le pide.
Se hace un pacto solemne en el monte Sinaí.
Éxodo 24.
Moisés construye un altar y se sacrifican toros. Moisés rocía la mitad de la sangre sobre el altar. El pueblo pronuncia:
‘Todo lo que Jehová ha dicho, haremos, y le obedeceremos’.
Entonces Moisés rocía 'sangre del pacto' sobre el pueblo. El pecado del pueblo ha sido expiado al sacrificar un animal en lugar del pueblo.
Esta ‘sangre del pacto’ prefigura la sangre de Jesús, quien dio Su vida en nuestro lugar.
Lucas 22, versículo 20.
Entonces Moisés debía subir al monte para recibir de Dios las dos piedras en las que había escrito los Diez Mandamientos. Moisés permanece en la montaña durante cuarenta días y cuarenta noches.
Debido a la larga estancia de Moisés en la montaña, los israelitas creen que algo le ha pasado. Desean tener ‘dioses que vayan delante de ellos’.
Aarón les hace un becerro de oro. Sin embargo, esto va en contra de la voluntad de Dios. Le habla a Moisés en la montaña y le dice que baje de la montaña porque el pueblo ha ‘actuado con maldad’.
Cuando Moisés desciende y ve la adoración del becerro de oro, se enoja y rompe las losas de piedra al pie de la montaña.
Este evento muestra que la gente es incapaz de guardar la ley.
En el Nuevo Testamento, Pablo escribe sobre la función de la ley en Gálatas 3, versículo 19: ‘¿Para qué, pues, es la ley? Le fue añadida (es decir, al pacto) a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien había sido prometida; y fue puesto por los ángeles en la mano del mediador’.
Y en Gálatas 3, versículo 24:
‘Así que la ley fue nuestro tutor de Cristo, para que fuésemos justificados por la fe.’
En los primeros ocho capítulos de la carta a los Romanos, Pablo trata extensamente la ley y el evangelio.